¡Hola a todos!
Hoy me ha dado por el calzado en sus distintas versiones... ¡A escoger modelo!
Empezamos por unos zuecos que parecían puestos a propósito para la foto en el Valle de Somiedo, en Asturias. Me comentan los que saben, que allí les llaman "les madreñes", "las madreñas" en castellano.
Yéndonos un poco más lejos, encontramos las sandalias de los chavales de una casa de acogida en Kenya. La suela está hecha de trozos de ruedas viejas. Antideslizante.
Siempre me han gustado las fotos de las botas curtidas. Aquí están las nuestras después de 3 días de caminata por el norte de Vietnam. Un palizón..., no por la distancia, no a causa del desnivel... sino porque los senderos, si es que los había, estaban totalmente embarrados, y la verdad es que nunca habíamos "sufrido" un barro tan resbaladizo. Pero bueno...., el hecho de caernos de culo unas cuantas veces (al día) y la costra de barro desde las rodillas hasta la punta de las botas, además de alguna que otra caída a un riachuelo, no nos impidieron disfrutar de unos paseos deliciosos entre arrozales.
¡Ah! Y nunca veréis resbalar a los autóctonos... van como flotando, mientras que los occidentales nos caemos incluso cuando estamos quietecitos ...
Así quedaron nuestras botas ¡después de limpiarlas...!
Aquí ya nos ponemos en plan refinado...
Encontraréis otra foto de "chanclas" japonesas en mi Homenaje a Japón del año pasado. Hay miles de tipos distintos, a cada cuál más impactante, pero este "vertiginoso" modelo de madera lacada me dejó sin habla. ¡Todo un reto!
Me encantaron las zapatillas de esta pseudo-sobrina mía y no pude evitar fotografiarlas junto a las sandalias de su abuela... ¡Yo quiero unas iguales!
Y termino ya esta entrada tan larga con unas huellas que encontré en una pared de Aveiro, en Portugal.
¡Espero que os hayan gustado! ¡Hasta pronto y gracias por entrar!